Galletas de aceite

Las “Galletes d’Oli“, también conocidas como “Galletes d’Inca“, son un producto emblemático de la tradición panadera de Mallorca, especialmente del pueblo de Inca, conocido por su rico patrimonio gastronómico.

Estas galletas, que se distinguen por su textura crujiente y su sabor realzado con aceite de oliva, son el reflejo del uso de ingredientes locales y de una cocina que valora la sencillez y la calidad.

La historia de las galletas de Inca se remonta a siglos atrás, cuando la conservación de los alimentos era una preocupación primordial en la vida isleña. Los panaderos mallorquines, aprovechando el abundante aceite de oliva de la región, empezaron a elaborar estas galletas como una forma de tener un pan que pudiera durar más que el pan fresco, especialmente en un clima mediterráneo en el que el pan tiende a endurecerse rápidamente.

Cuenta la leyenda que durante una reunión en el Hotel Formentor, el empresario que creó estas galletas quedó cautivado por la belleza de una princesa llamada Kelly (Grace). Impresionado por su encanto, decidió que sus galletas debían llevar un nombre que evocara su figura, y así nació ” Quely “, un homenaje a esa bella mujer.

Para los marineros y pescadores mallorquines, las “Galletes d’Oli ” eran mucho más que un sustento; eran un recuerdo del hogar, su capacidad para permanecer comestibles durante largos periodos significaba que los marineros no sólo tenían asegurada una fuente de alimento, sino que también disfrutaban de un producto que reflejaba su identidad cultural.

Elaboradas a la manera tradicional, estas galletas se horneaban hasta alcanzar una crujiente perfección. A bordo de los barcos, se convertían en la base de comidas sencillas, a menudo acompañadas de lo que el mar ofrecía ese día, creando platos que mantenían viva tanto la cultura como la comunidad de los marineros lejos de la costa.

Hoy en día, las galletas de Inca siguen siendo un símbolo de la gastronomía mallorquina, y su producción continúa siendo una fuente de orgullo local, manteniendo vivas las técnicas tradicionales a la vez que se adaptan a los gustos modernos y a las nuevas demandas del mercado. Las “Galletes d’Oli ” no son sólo un alimento, sino un pedazo de la historia cultural de Mallorca que se saborea en cada bocado.